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“COVID-19” ACELERARÁ RECESIÓN ECONÓMICA EN MÉXICO
* LA
CONTINGENCIA NO ES TEMA PARA AMLO; VIOLA LA LEY
* SONORA
VIVE TIEMPOS INÉDITOS; ¿CÓMO ENFRENTARLO?
HERMOSILLO.- SIEMPRE hemos
sabido que México no ha podido salir del llamado “tercer mundo”. Países de
Europa y nuestros vecinos del norte, los Estados Unidos, nos llevan décadas de
adelanto y progreso en lo económico, en lo político y en lo cultural.
Sobre este aspecto el historiador José
Miguel Zunzunegui podría tener razón: “El mexicano es como es porque tanto los
indígenas como los españoles, se tropezaron con la riqueza. Es decir, no se
dedicaron a generarla porque la naturaleza se las proporcionó.
Y sigue:
“En cambio, los ingleses llegaron a
Norteamérica y se dedicaron a convertir todos los recursos naturales que
encontraron y los convirtieron en riqueza”.
Y hasta nuestros días, el Presidente que
tenemos en palacio nacional distribuye la riqueza que se encontró tanto en las
arcas del erario, como en el poder, para hacer realidad sus deseos de
perpetuarse.
Quizá por ello observamos el espectáculo
diario de “las mañaneras” con un show propio de una obra de teatro surrealista,
pero ni por asomo, vemos y escuchamos a un jefe de Estado, a un estadista que
piensa y actúa en las próximas generaciones.
No, su meta está en las próximas
elecciones.
Esta contingencia por la pandemia del
Coronavirus o “Covid-19”, nos permitirá reflexionar aún más para dejar que el
escenario ponga a cada quien en el lugar que le corresponde.
Por lo pronto, la acumulación de
fenómenos sociales como las protestas de mujeres por el inusitado aumento de la
violencia y especialmente por los feminicidios, aunado a esta amenaza en la
salud de los mexicanos, han permitido quitarle las caretas al Presidente y
exhibirlo de tal manera que su imagen ha colapsado terriblemente.
Mandatarios del mundo como Emmanuel
Macron, de Francia, Justin Tradeou, de Canadá y Donald Trump, de los Estados
Unidos, advirtiendo que la pandemia ha semiparalizado a sus naciones, han sido
advertidos de la crisis económica que se avecina y que inactividad producirá
ruina en la población.
Macron anunció esta semana que dedicará
una línea de 300 000 millones de euros para evitar que el francés caiga en la
miseria. No sólo eso. Tomó la decisión de que temporalmente se suspenda el pago
de impuestos y los compromisos por pagos del alquiler, luz y agua, los asumirá
el Estado.
En Canadá, Tradeou anunció un paquete de
créditos especialmente para auxiliar a los afectados por una recesión económica
inevitable como consecuencia de la prevención del Coronavirus.
Por su lado, Trump, presentó este martes
“un enorme paquete de estímulo fiscal de cerca de un billón de dólares, en el
que incluye el envío de cheques con efectivo a los ciudadanos de manera
inmediata para contener el impacto económico por el Coronavirus”.
En nuestro país, apenas esta semana la
Cámara de los Diputados acaba de aprobar un aumento presupuestal hasta por 180
mil millones de pesos para que el gobierno federal enfrente la contingencia por
el “Covid-19” y, finalmente, al parecer, se va a citar a los integrantes del
llamado Consejo de Salubridad Nacional que, de acuerdo con la Constitución
General de la República, es quien debiera establecer las políticas públicas
para atacar la pandemia en México.
Pero aparte, el Presidente López Obrador
hace un anuncio “espectacular” para “ayudar al pueblo y no cargarle los costos
del golpe económico” por el Coronavirus: “Adelantaremos dos bimestres el pago a
los adultos mayores”.
Y dentro de su insistencia en minimizar
los efectos de la pandemia en nuestro país, AMLO dice que ante la crisis
económica sería el gobierno “el que debe ajustarse el cinturón”, pero al mismo
tiempo se da el lujo de anunciar una inversión de 30 mil millones de pesos más,
para la construcción del tren México-Toluca.
Remata su intervención el primer
mandatario de la Nación, señalando que “el escudo protector, el detente contra
la pandemia, es la honestidad”.
Pues no sólo esa actitud aberrante es
digna de la más alta crítica, sino que también está faltando a su juramento
constitucional.
ANTE
EL “C-19”, TAMBIÉN DESDEÑA LA LEY
ALGUNOS más tarde que otros, pero los
líderes del mundo han reaccionado a la pandemia del Coronavirus, incluso los
populistas Maduro, Bolsonaro y Trump, pero en México el presidente Andrés
Manuel López Obrador sigue negado al tema.
Y como una burla se tomaron las
expresiones del primer mandatario, cuando este miércoles trató de afianzar sus
dichos al exhibir estampillas con imágenes religiosas.
La población mexicana está atónita ante
la irresponsabilidad del presidente de no cancelar sus eventos masivos, de
insistir en poner otros temas en la agenda y de no tomar las medidas sanitarias
y económicas que se requieren ante la complicada situación por la que
atravesará el país en las próximas semanas.
López Obrador no solo está siendo
indolente, sino que está incumpliendo con disposiciones constitucionales para
el manejo de emergencias de salud, como la que se presenta con el Coronavirus.
En México, existe todo un marco jurídico para responder a eventos
extraordinarios como este, que no se está acatando.
El artículo 73, fracción XVI de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece la existencia
del Consejo de Salubridad General, que dependerá directamente del presidente,
sin intervención de ninguna secretaría de Estado y sus disposiciones serán
obligatorias para en el país.
El ministro en retiro José Ramón Cossío,
así como el exsecretario de Salud, José Narro Robles, a través de sus cuentas
de Twitter insistieron en la convocatoria de este Consejo para que sea el que
tome las riendas de todas las medidas sanitarias que deben implementarse para
combatir la expansión del Coronavirus en México.
Es decir, no deberían estar los
gobiernos de los estados ni los alcaldes ni ninguna otra autoridad tomando
decisiones por sí solos -que lo han hecho ante el vacío del presidente- sino
debería ser este Consejo el que esté imponiendo las medidas a tomar.
Del ordenamiento constitucional, se
deriva el artículo 181 de la Ley General de Salud, que contempla que, en caso
de epidemia de carácter grave, la Secretaría de Salud dictará “inmediatamente”
medidas indispensables para prevenir y combatir los daños a la salud, cosa que
no se está haciendo con la suficiencia debida.
El artículo 9, fracción XVII, del
Reglamento del Consejo de Salubridad General, lo faculta a publicar en el
Diario Oficial de la Federación la declaratoria en los casos de enfermedades
graves que sean causa de emergencia o atenten contra la seguridad nacional, por
iniciativa propia o a solicitud por escrito de instituciones nacionales
especializadas en la enfermedad. Cosa que tampoco ha sucedido.
Incluso, hay juristas que sugieren la
pertinencia del artículo 29 constitucional, que contempla la restricción
temporal de los derechos que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y
fácilmente, a algún evento que ponga a la sociedad mexicana en grave peligro.
En suma, el presidente López Obrador no
solo está siendo indolente e irresponsable para enfrentar la emergencia por el
Coronavirus, sino que está incumpliendo obligaciones que la Constitución y
leyes reglamentarias le establecen para enfrentar situaciones como esta y
salvaguardar la integridad de los mexicanos.
Y, finalmente, ha sido el recordatorio
de los especialistas del Derecho quienes han doblegado la negativa presidencial
y, quizá ya demasiado tarde, el encargado para la atención de esta pandemia en
México, Hugo López Gatell, anunció que citaría a dicho Consejo de Salubridad
General.
La reacción no sólo es tardada, sino que
va acompañada de un evidente incumplimiento constitucional.
EN
SONORA, PREVENCIÓN, POR ENCIMA DEL INTERÉS PARTICULAR
VAYA QUE esta contingencia del Coronavirus
está provocando que los sonorenses vivamos un escenario inédito con medidas
dictadas desde el Gobierno del Estado, totalmente justificadas en aras de
evitar contagios mayores a partir del registro del primer caso de esa
enfermedad en Hermosillo.
Preferible, siempre, los excesos en la
prevención que lamentar algún resultado trágico. El llamado de la Gobernadora
Claudia Pavlovich impulsando la campaña “Quédate en casa”, deberá ser tomada
con toda la seriedad posible y hacer a un lado la creencia de algunos de tomar
la paralización de actividades escolares
y otras laborales, como períodos vacaciones.
Veamos ejemplos como los de Italia y
España, quienes se lamentan ahora por haberse confiado y no tomar con seriedad
las advertencias.
Se adelantó dos semanas el periodo
vacacional de Semana Santa, la Arquidiócesis de Hermosillo suspendió las misas
en las iglesias, algo totalmente inédito cuyo registro histórico no aparece ni
en la Guerra Cristera de 1926 a 1929.
Se suspendieron las funciones en los
cines, la actividad en los casinos, bares y algunos restaurantes. Por su lado,
la presidenta municipal de Hermosillo, Célida López, anunció el cierre de las
playas, incluída la actividad comercial en los balnearios durante la Semana
Santa y Semana de Pascua.
Sólo falta que cierren agencias y sub-agencias
fiscales y oficinas de tesorerías municipales, para que las personas cumplan
con sus obligaciones fiscales a través del Internet y con ello se acostumbren a
una nueva cultura.
Las calles de las ciudades, al paso de
los días, lucirán más desiertas. Un tiempo que marcará un antes y un después en
Sonora, con la oportunidad de reflexionar, estar más al lado de la familia y
recuperar un espacio que las nuevas tecnologías nos han quitado.
…
Y HABRÁ GOLPE ECONÓMICO
DESDE luego, la semiparalización de
actividades pegará en la economía regional. La actitud de los mandatarios de
Francia, Canadá y Estados Unidos, habría qué trasladarla a nuestra tierra,
guardando las proporciones, por supuesto.
Por ejemplo, si la alcaldesa Célida
anuncia el cierre de las playas y la cancelación de todos los permisos a
negocios y comercios que hacen su agosto en plena Semana Mayor, ¿cómo compensar
ese golpe?
La inactividad cuando menos durante 30
días, disminuirá la disponibilidad del transporte público en sus modalidades;
los restaurantes, cines, gasolinerías y comercios que habitualmente cuentan con
aglomeraciones, pegarán en los bolsillos de miles de personas.
¿Habrá alguna manera de estimular
fiscalmente o con algún o algunos otros recursos esa inamovilidad,
absolutamente justificada ante la posibilidad de contagio de la población de
este “Covid-19”?
Muchos de los estímulos entran dentro
del marco jurídico del gobierno federal. Sin duda alguna, los gobiernos locales
deberán enfrentarse a la insensibilidad y frialdad que surge ahora de Palacio
Nacional.
Son tiempos difíciles. Nosotros no
podemos ser indiferentes.
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