ALAMOS.- Cuatro talentosos jóvenes sonorenses; cuatro
pianistas de la Universidad de Sonora; cuatro pianistas que comparten al
maestro del instrumento; cada uno de ellos se desarrolla en caminos paralelos,
pero diferentes; cuatro estilos de interpretación musical; cuatro realidades en
el futuro de los artistas que se forman en las aulas de nuestra Alma Mater.
Estos son, en aspectos muy generales, lo que la Universidad de Sonora,
en su área de piano, presentó en la cuarta gala de la tarde del Palacio
Municipal de Álamos, dentro de la 36ª edición del Festival Internacional Dr.
Alfonso Ortiz Tirado 2020.
Como segundo año, desde que se desarrollan estas
galas de la tarde, que antes eran presentadas en el interior del Templo de la
Purísima Concepción, es el primer año que el piano tiene dos eventos de los
cuatro conciertos asignados a grupos o solistas instrumentales, de las nueve
galas de la tarde. Esta cuarta gala de la tarde estuvo a cargo de los jóvenes
Daniel Isaac Ruiz Moreno, César Daniel Quiroz Flores, Moisés Roberto Galicia
Villanueva y Jesús Alberto Mascareño Verduzco. El primero de ellos debutó en
este festival, los otros tres estuvieron en la pasada edición del FAOT 2019, repitiendo
en esta edición 2020.
Solamente dos autores se interpretaron en este recital: Franz Joseph
Haydn (1932-1809) y Frédéric Chopin (1810-1849). Daniel Isaac interpretó a
Haydn; César Daniel, Moisés Roberto y Jesús Alberto interpretaron a Chopin.
Dos
autores, siete piezas y una amplia gama de sensaciones, emociones, caracteres y
colores fue lo que el público vivió en esta “mágica” tarde musical. Cada uno de
ellos ingresó al escenario e interpretó todo el repertorio propuesto en el
programa de mano. Este formato, en la opinión del autor de estas líneas, fue un
gran acierto que permitió una gran fluidez del recital, así como apreciar mejor
las cualidades de cada uno de los artistas.
Pasemos, ahora, a la crítica de lo que estos cuatro jóvenes pianistas
sonorenses presentaron en el foro principal del Palacio Municipal. A pesar de
que hubo aspectos musicales e interpretativos que coincidieron en todos ellos,
se decidió presentar la crítica de cada uno de ellos por separado.
DANIEL ISAAC RUIZ MORENO. Interpreta dos obras de Haydn. Obras poco
conocidas y que encierran un carácter contrastante de la imagen que
tradicionalmente se tiene de Haydn. Estas obras son oscuras, encierran mucho
dolor interno, hacia la pérdida de algo o alguien muy querido; el compositor
está hacia la etapa de su vejez; se aprecia un Haydn melancólico y triste. Este
carácter interpretativo de dolor es muy complicado lograrlo en el período
clásico, ya que las reglas estilísticas de ejecución pianística exigen que ésta
sea “sobria, fría y calculadora”. Los sentimientos humanos no pueden aflorar,
como sería unos años después en el romanticismo. Daniel Isaac supo comprender
muy acertadamente las imágenes que estas obras proyectan, a pesar de su corta
edad. El fraseo, el balance musical, la técnica pianística, su virtuosismo y su
interpretación se apreciaron de una forma más que correcta.
CESAR DANIEL QUIROZ FLORES. Interpretó el Scherzo No. 3 en Do-sostenido
Menor, Op. 36 de Chopin. Esta obra
encierra un fuerte efecto dramático, con varias secciones donde se van variando
los contenidos temáticos, apareciendo algunos nuevos, siempre bajo retadores
elementos técnicos que obligan al ejecutante desarrollar un alto grado de
virtuosismo, además de mantener la fuerza dramática por poco más de diez
minutos. César Daniel, con una muy destacada ejecución e interpretación
pianística, supo combinar su maduración que ha logrado hasta este momento de su
vida, con el desarrollo técnico y virtuosismo al piano, logrando que, aunque
tocó solamente una pieza, ésta valiera como si hubiera tocado más obras.
MOISES ROBERTO GALICIA VILLANUEVA. Interpretó dos estudios de Chopin:
1) Op. 10, No. 5 en Sol-bemol Mayor, conocido como “teclas negras”, ya que es
en este lugar del piano donde se ejecuta; y 2) Op. 25, No. 12 en Do Menor,
conocido como “océano”, donde se evoca el movimiento del mar. Estos dos estudios
presentan elementos técnicos similares. Son retos en la ejecución de los
arpegios que recorren todo lo largo del teclado. Los aspectos melódicos se
encuentran en la mano izquierda, al igual de la necesidad de imprimir el
carácter de la obra, con el “acompañamiento” de la mano derecha a través de los
arpegios. Moisés Roberto, mostró un muy destacado dominio técnico, así como la
muy buena agilidad que los dos estudios requieren. Su fuerza expresiva llamó la
atención, al lograr un buen carácter expresivo a pesar de su corta edad.
JESUS ALBERTO MASCAREÑO VERDUZCO. Interpretó dos estudios de Chopin: 1)
Op. 10, No. 1 en Do Mayor, conocido como “la cascada” o como “la escalera”,
donde reta al pianista en el estudio de los arpegios, en ocasiones en ambas
manos, con diferentes posiciones y apertura de la mano, principalmente en la
derecha; y 2) Op. 25, No. 11 en La Menor, conocido como “viento de invierno”,
que es un completo reto para el pianista, ya que es un desarrollo de la
resistencia, destreza y técnica que todo concertista debe poseer. Jesús Alberto
interpretó ambos estudios de una forma sobresaliente, acotado este adjetivo al
hecho de que está en este proceso de maduración interpretativa y técnica, sin
que esto demerite lo bello e interesante de su interpretación musical. Resalta
la claridad de los arpegios, donde cada nota está debidamente diferenciada de
las demás, la pulcritud de ejecución permite ir descubriendo como los arpegios
se mueven con sonidos “no embarrados”, es decir, claros, diáfanos y precisos;
con muy buena fuerza interpretativa.
En conclusión, estamos ante cuatro jóvenes pianistas, con trayectorias
diferentes, que se colocan dentro de los jóvenes valores que están en ese
límite de lo que se considera estudiantes muy avanzados y concertistas en
formación, con el potencial de convertirse en grandes exponentes de la
literatura pianística nacional. Sabemos que, con el paso de tiempo y si
preservan en este camino de estudio y disciplina, los veremos en importantes
foros artísticos nacionales y, por qué no, en internacionales.
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