CANTAR QUE ES CONTAR
HERMOSILLO.- Cantar más allá de un discurso de amor y
lágrimas. Cantar sin la estructura de un verso convencional. Las voces que
imbrican hacia un mismo objetivo: compartir lo aprendido en el II Taller de
Ópera Alfonso Ortiz Tirado 2020, en contexto de FAOT.
Cantar en el Teatro de la Ciudad de Casa de la Cultura de Sonora, en
Hermosillo, subsede del festival de marras. Cantar en domingo por la noche,
cuando ya el silencio es un remanso como preámbulo para el otro día despertar y
recomponer los caminos hacia las actividades cotidianas.
En este impase de fin de semana, los espectadores congregados en el
Teatro, atienden desde la mirada el escenario minimalista: la sugerencia de un
jardín, un piano, y la emoción que imprime la iluminación.
Tercera llamada es la frase que nos alerta los sentidos. Disponerlo
todo para apreciar la entrega. Y ocurre que sí, que los alumnos participantes
en este Taller vuelcan sus energía como sinónimo de pasión. Las voces nos
cuentan la historia de la Opereta La boda de las farolas, de Jacques Offenbach.
Hay lucidez en el canto, la plausible existencia del devaneo, el alegre
movimiento de una coreografía que se muestra un tanto inocente y jovial. Y
nacen ganas de reír e incluso de bailar.
La noble virtud de la educación. Acatar el rumbo que trazan los
maestros de este taller:
Teresa Rodríguez y Joshua Major. El más óptimo desenlace del
aprendizaje. Y mostrarlos a los espectadores en esta ópera.
El piano que interpreta Mitchel Casas marca la pauta hacia el destino
de las voces. Los tiempos intactos donde las oraciones encajan con precisión.
Cantar que es contar.
ÓPERA GIANNI SCHICCHI DE GIACOMO
PUCCINI
La vida que no pierde vigencia. Ni la muerte. Florencia en 1299. Buoso
Donati ha muerto en su cama, su familia le llora melodramáticamente, hasta que
se enteran del rumor de que Donati habría dejado todo su dinero al monasterio
local, en su testamento.
Hermosillo en 2020. La recreación del argumento que se basa en un
nombre que aparece en el canto XXX del Infierno de La Divina Comedia, salpica
de emoción a los espectadores.
La dirección en manos de Teresa Rodríguez, quien alumbra con luz ámbar
el libreto, autoría de Giovacchino Forzano, se muestra fundamental, la pasión
en sus movimientos sugiere el conocimiento, bagaje que es autoridad al instante
de ilustrar.
Hay algarabía, las caracterizaciones acertadísimas de los personajes.
La ejecución de lo recientemente aprendido.
Así transcurre la Ópera, en la emoción también de los intérpretes que
habitan el teatro en sus diversos espacios, entre los pasillos, por ejemplo,
con lámparas en sus manos, con sus voces que se adhieren a los oídos por demás
cercanos. Y aplaudir es la reacción más honesta de gratitud.
PARTICIPANTES DEL MONTAJE:
Dirección escénica: Josua Mayor. Dirección musical: Teresa Rodríguez.
Mérito artístico y académico FAOT 2019.
Producción; Andrea de la Mora y Ariadne Montijo.
Reparto. Personajes:
Gianni Schicchi: Tomás Castellanos, Barítono
Laureta: hija de Gianni: Carolina Torres, Soprano
Zita: Alejandra Gómez, contralto
Rinuccio: Ángel Macías, tenor
Gherardo: Ulises González Aparicio, tenor
Nell: Lucero Quintero, soprano
Gherardino: Camila Sofía Pacheco Ruíz, soprano
Betto: Luis Castillo, barítono
Ciesca: Estefanía Cano, Mezzosoprano
Marco: Eduardo Martínez, barítono
Simone: Augusto García, bajo
Spinelloccio: Isaac Herrera, bajo
Pinellino: Salvador Villanueva, bajo
Guccio: Josué Sánchez, bajo
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